La pelvis es la zona del cuerpo que se encuentra en la zona inferior del tronco y formada por el coxis, el sacro y los dos coxales. El suelo de la pelvis tiene como misión contener órganos como el útero, la vejiga o el intestino.
El embarazo, la edad, el sobrepeso, el parto, la menopausia, cirugías ginecológicas y otras circunstacias pueden debilitar los músculos de la pelvis dando lugar a otros problemas como son la pérdida de orina. Por eso, es importante fortalecerlos llevando a cabo los conocidos ejercicios de Kegel.
Dedicando 5 minutos tres veces al día, ayudaremos a ejercitar la zona pélvica, controlando así los músculos que sostienen nuestra vejiga y mantienen los órganos de la pelvis en su lugar. Son ejercicios que se pueden hacer en cualquier momento, estando de pie, sentada o tumbada.
Hay varias formas de llevarlos a cabo:
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Relaje y apriete los músculos cuando vaya a orinar, reteniendo así el flujo de la orina y continuándolo de nuevo.
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Imagine que está tratando de evitar expulsar una flatulencia.
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Contraiga lentamente subiendo los músculos hacia dentro tan fuerte como pueda, aguante la tensión durante 5 segundos y relaje a los 10 segundos. Se puede realizar esto mismo de manera rápida, contrayendo y relajando sin esperar.
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Introduzca un dedo en su vagina y apriete los músculos como si estuviera conteniendo la orina y luego relaje. Notará la presión sobre el dedo y cómo los músculos se tensan y se relajan, lo que significa que los ejercicios se están haciendo correctamente.
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Apriete los músculos y aguante hasta después de estornudar.
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Respire profundamente y relaje el cuerpo cuando esté haciendo estos ejercicios.
Repita los ejercicios de 10 a 15 veces en casa sesión. Notará los efectos a partir de 4-6 semanas.
Algunos de sus beneficios son:
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Ayudan a prevenir y mejorar la incontinencia urinaria.
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Su práctica habitual puede prevenir la salida hacia el exterior de los órganos pélvicos como el útero o la vejiga.
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Ayudan a las mujeres embarazadas a soportar mejor la presión por el aumento de peso del bebé y, en el momento del parto, los músculos tendrán menos tendencia a sufrir desgarros.
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Disminuyen los efectos de la menopausia sobre la musculatura pélvica.
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Además, también benefician a la sexualidad.