Millones de personas en el mundo sufren las consecuencias directas de una adicción. No es fácil convivir diariamente con una enfermedad tan compleja, cuyas dificultades se intensifican en determinados momentos de la vida. Cuando una mujer adicta a las drogas se queda embarazada, surgen ante ella multitud de obstáculos a los que deberá hacer frente si quiere garantizar la salud e integridad de su bebé. En este post vamos a hablar sobre el síndrome de abstinencia neonatal (SAN), en qué consiste y cuáles son los riesgos a los que se expone al feto cuando se consumen ciertas sustancias perjudiciales durante el embarazo.
Entre las sustancias que pueden producir la aparición del síndrome de abstinencia neonatal destacan las siguientes:
Heroína.
Codeína.
Hidrocodona.
Morfina.
Tramadol.
Oxicodona (Oxycontin).
Metadona.
Buprenorfina.
Pero el SAN (síndrome de abstinencia neonatal) no solamente se desarrolla tras el consumo de estupefacientes en el embarazo, sino que también lo pueden originar los antidepresivos, los barbitúricos o las benzodiazepinas.
El mayor impacto producido por el consumo de alguna de estas sustancias durante el embarazo se produce en el momento en el que dicha sustancia atraviesa la placenta, surtiendo efectos directos sobre el organismo del feto.
Los daños colaterales del consumo de determinadas sustancias durante el embarazo son especialmente evidentes tras el nacimiento del bebé y la realización de los análisis y estudios correspondientes. Por regla general, los síntomas del síndrome de abstinencia neonatal se perciben durante las 72 horas posteriores al nacimiento del bebé. No obstante, en ocasiones, estas señales pueden verse instantes después del parto o pasadas varias semanas. Los efectos provocados en el bebé duran entre 1 semana y 6 meses, dependiendo de la magnitud del consumo y el tipo de sustancias ingeridas durante el embarazo.
Algunos de los síntomas del síndrome de abstinenia neonatal son:
Temblores, convulsiones, tics nerviosos, tensión o agitación.
Irritabilidad y exceso de llanto.
Rechazo o problemas con la alimentación.
Dificultad para ganar peso.
Problemas respiratorios.
Fiebre, sudor o aparición de manchas en la piel.
Problemas de insomnio pese a la sensación de sueño o cansancio.
Vómitos.
Diarrea.
Congestión nasal o estornudos.
Los problemas a corto y medio plazo están mucho más concluidos científicamente que los problemas que puedan desarrollarse a largo plazo originados por el síndrome de abstinencia neonatal. Lo cierto es que el consumo de drogas y otras sustancias nocivas para la salud del organismo y nuestro bienestar físico y emocional pueden tener consecuencias muy graves en la salud y la vida de quienes sufrieron la ingesta de estas sustancias por parte de su madre durante el embarazo.
Conocer los riesgos y los peligros a los que nos exponemos o exponemos a terceras personas a veces es la mejor medida preventiva y barrera protectora de nuestra salud e integridad. Sé responsable, sé consecuente. Has de pensar, vivir y actuar en el nombre y en el lugar de dos personas. ¡Hazlo bien!
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