Son pequeños tumores benignos que se forman en el interior del útero o alrededor de éste y que pueden acarrear diversas molestias, dependiendo de su tamaño y cantidad. Algunas veces son asintomáticos, por lo que sólo serán detectados a través de la exploración. Pero otras veces sus síntomas pueden ocasionar molestias y complicaciones.
Del 20% al 50% de mujeres en edad fértil tienen miomas uterinos. Otros términos por los que se suelen denominar a estas lesiones son leiomiomas o fibromas uterinos.
Según su localización, pueden ser de 3 clases:
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Intramurales: Se localizan en la pared muscular del útero. Al expandirse, pueden hacer que el útero se ensanche y sea más grande de lo normal.
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Submucosos: Se encuentran justo debajo de la superficie del revestimiento del útero.
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Subserosos: Se desarrollan en la parte externa del útero.
Los principales síntomas de los miomas son:
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Sangrado entre períodos.
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La menstruación puede durar más de lo normal.
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Dolor en la zona pélvica o en el abdomen.
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Lumbalgia
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Sangrado menstrual abundante con presencia de coágulos.
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Necesidad de orinar con frecuencia debido a la presión que generan en la vejiga.
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Dolor durante las relaciones sexuales.
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Presión en los intestinos que puede llevar al estreñimiento y/o acumulación de gases.
Los miomas suelen diagnosticarse a través de ecografía, resonancia magnética, histeroscopia o laparoscopia.
Si durante una consulta rutinaria, en la que el ginecólogo medirá el tamaño de su útero, éste nota algo anormal, solicitará alguna de estas pruebas.
Aunque los miomas no se suelen presentar como una enfermedad grave, sí que pueden acarrear varias complicaciones como:
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Anemia
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Infecciones urinarias
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Dolor intenso o sangrado
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En algunos casos, pueden causar infertilidad o abortos espontáneos.
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Si está embarazada, la presencia del mioma puede complicar el parto natural, siendo necesaria una cesárea, o puede dar lugar a un parto prematuro.
El tratamiento va desde terapias hormonales hasta procedimiento quirúrgicos más agresivos pero que eliminan por completo la presencia de miomas. En la mayoría de los casos, el especialista esperará e irá haciendo un seguimiento para, posteriormente, indicar el tratamiento.