Es una acción tan extendida como cotidiana, especialmente entre las mujeres. La depilación femenina es una práctica cuya realización y frecuencia aumentan con la llegada de los meses de verano, en los que todos sacamos a relucir nuestras mejores galas en todo tipo de actividades de ocio al aire libre (fiestas, playas, piscinas, viajes, deportes de aventura...)
La depilación íntima (ingles, pubis y genitales) es un ritual muy presente en el día a día de las mujeres, es por ello que siempre se debe realizar con todas las garantías de higiene y seguridad necesarias para la protección y el cuidado de la salud. Una mala ejecución de este acto puede desembocar en serios problemas en la zona íntima de la mujer, en la que nos centraremos en este post debido a su alta sensibilidad y el gran desconocimiento que en muchas ocasiones se tiene sobre ella.
En primer lugar, debemos ser conscientes de que el vello púbico realiza una función en nuestro cuerpo, y es la de protegernos de infecciones producidas por agentes externos. En una sociedad en la que cada vez está más arraigada la práctica de la depilación, es necesario que quienes la realizan sean conscientes de los posibles riesgos a los que se exponen, como el aumento de las posibilidades de desarrollar infecciones o enfermedades de transmisión sexual (ETS) debido a la ausencia del vello púbico que sirve de barrera frente a estos peligros.
En ocasiones, la depilación produce la aparición de pelos enquistados, granos, pseudofoliculitis, heridas, quemaduras... Según los profesionales sanitarios, la técnica de depilación íntima más segura es el láser médico, al ser la menos agresiva para la piel. La cera y la cuchilla, métodos tradicionales de depilación, exponen la piel a mayores riesgos que los que pueden derivar de la depilación láser.
Antes y después de la depilación íntima se deben llevar a cabo una serie de medidas preventivas e higiénicas que ayudan a que la acción se desarrolle sin ningún tipo de riesgo sobre la salud. Algunas de estas medidas son:
Evitar la exposición solar de la zona del cuerpo en la que se va a realizar la depilación.
Rasurar o recortar previamente la zona que se vaya a depilar.
Lavar bien la zona íntima antes y después de la depilación.
Hidratar la zona tras la depilación para evitar la irritación y sequedad de la piel.
La depilación supone la libre elección de las personas acerca de lo que hacen y deciden sobre sus cuerpos. Nuestra labor es la de informar de los posibles riesgos que pueden producirse si se hace un uso inconsciente e indebido de esta técnica, independientemente del método que se utilice.
Recuerda que, más allá de la función estética de la depilación, está la salud de tu zona genital, la cual debes cuidar y preservar ante cualquier circunstancia. La depilación prudente y responsable es la clave para disfrutar de tu cuerpo como más te gusta sin poner en riesgo el valor más importante: la salud. Extrema las precauciones, infórmate, acude a profesionales especializados en la materia y recuerda que la belleza no debe estar reñida con la salud, sino ir de la mano.
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