La recuperación de una cesárea es mucho más lenta que la de un parto natural. No deja de ser una intervención quirúrgica, con las consecuencias que eso lleva. Existe una cicatriz que hay que cuidar y el postoperatorio es también algo a tener en cuenta.
Desde AGE os dejamos unos consejos para recuperarse completamente y estar bien lo antes posible:
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En primer lugar, tras la intervención, la madre debe permanecer tranquila y descansando para paliar los efectos de la anestesia y la operación.
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Poco a poco, hay que ir incorporándose y dar pequeños paseos.
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Para dar el pecho, lo mejor es ponerse de lado y colocar al bebé sobre una almohada.
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Evita esfuerzos como tareas domésticas, realizar ejercicio, levantar mucho peso, conducir, etc. hasta que estés totalmente recuperada.
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Si tienes fiebre, dolor abdominal, rojez o escozor en esa zona o notas cualquier otra molestia, como sangrado vaginal, acude inmeditamente al médico.
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Limpia la cicatriz a menudo e intenta mantenerla totalmente seca. Es aconsejable utilizar jabón hipoalergénico y agua y no frotar. No la expongas al sol al menos durante un año.
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Mantén la piel hidratada.
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Los masajes sobre la herida, una vez retirados los puntos, lograr reducir el volumen de la cicatriz y disimularla.
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Bebe mucha agua y cuida tu alimentación consumiendo frutas, verduras y proteínas.
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Consulta con tu médico cuál es el momento oportuno para retomar las relaciones sexuales.
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Una vez que estés más o menos recuperada y la cicatriz esté curada, intenta incorporar poco a poco a tu rutina ejercicios para fortalecer la pared abdominal y controlar la diastasis.
