La salud y el cuidado del suelo pélvico son en demasiadas ocasiones uno de los campos de batalla de las clínicas de ginecología y obstetricia. Los músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal son a menudo un problema de primer orden en la salud de hombres y mujeres. Porque al contrario de lo que muchas personas puedan pensar, la disfunción del suelo pélvico afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque las mujeres cuentan con una mayor predisposición a sufrir trastornos producidos por el debilitamiento del suelo pélvico.
Cuando las labores de sujeción y sostén realizadas por el suelo pélvico comienzan a disminuir, incluso desaparecer, empieza a desarrollarse un problema cuya cronicidad y repercusión social, sexual, laboral y psicológica puede causar grandes secuelas en la vida del paciente.
Entre los factores de riesgo femeninos que pueden estar estrechamente relacionados con los daños del suelo pélvico destacan:
La maternidad y el tipo de parto con el que se diera a luz, con especial riesgo en el caso de partos instrumentales.
La obesidad.
Las actividades deportivas de gran impacto.
La diabetes.
El ictus.
La depresión.
La menopausia.
Las cirugías.
El estreñimiento.
En el caso de los problemas del suelo pélvico en hombres, los factores de riesgo son diferentes a los de las mujeres, como:
Las cirugías realizadas a causa de cánceres de próstata.
El estreñimiento.
Cuando los trastornos del suelo pélvico se generan a causa del embarazo, el parto o el posparto, es la propia matrona quien deriva a la paciente al especialista o Unidad Especializada en Suelo Pélvico, según valore la gravedad del problema y determine posibles soluciones.
A menudo, los problemas ocasionados con la aparición de trastornos del suelo pélvico no llegan solos, produciendo en quien los padece otros problemas de salud que se desencadenan con el debilitamiento de los músculos y ligamentos encargados de la sujeción de determinados órganos.
Entre las patologías más características que se pueden producir fruto del desfortalecimiento del suelo pélvico, se encuentran:
Incontinencia urinaria de esfuerzo.
Incontinencia urinaria de urgencia.
Incontinencia urinaria mixta.
Incontinencia urinaria funcional.
Prolapsos de órganos pélvicos.
Cistocele.
Rectocele.
Prolapso del útero.
Incontinencia anal (incontinencia fecal e incontinencia de gases).
Disfunción sexual.
Dolor pélvico crónico.
Estreñimiento.
Con ayuda del médico especialista adecuado se puede revertir la situación, mejorando la calidad de vida de miles de pacientes que acuden cada año a la consulta en busca de remedios para un problema doloroso que impide la realización de actividades rutinarias, presentes en el día a día de la vida de las personas.
Como exponíamos en anteriores posts, el problema puede agraverse cuando afecta a personas de la tercera edad, cuyos problemas funcionales y de movilidad pueden agrandar los daños y el impacto en su salud del debilitamiento del suelo pélvico.
Llevar unos hábitos de vida saludables y equilibrados, realizar consultas ginecológicas periódicas y comenzar precozmente con los debidos ejercicios y tratamientos aumenta exponencialmente la calidad de vida de las personas, así como la posibilidad de poner fin a un problema que afecta a la salud de hombres y mujeres.
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