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La piel es nuestra fachada, nuestra protección, y durante el embarazo experimenta numerosos cambios que pueden ser pasajeros o permanentes. La mayoría de estos cambios son provocados por la variación en los niveles hormonales. A continuación te explicamos algunos de los más comunes y te damos algunos consejos para tratarlos o disminuirlos.

Durante la gestación pueden producirse cambios en la pigmentación de la piel. Esta aumenta, por lo que en algunas zonas, como la areola o la vulva, la piel se vuelve más oscura.

El rostro también puede tener un exceso de melanina y pueden aparecer manchas (cloasma gestacional).

Además, en la zona del abdomen puede aparecer una línea oscura, conocida como línea alba, que lo atraviesa en sentido vertical.

Otro de los síntomas más comunes y temidos con las conocidas estrías. Pueden aparecer en la zona del abdomen, el pecho, glúteos, caderas y muslos y son producidas por la rotura de fibras debido al estiramiento de la piel durante el embarazo. En un principio, adquieren un color rojizo que luego pasa a ser blanquecino.

La celulitis es también una de las consecuencias del embarazo más temidas.

Los picores debido a la sequedad de la piel son muy comunes. Además, en algunos casos las embarazadas experimentan sarpullidos o ronchas rojas que pican en la zona del abdomen, aunque también pueden aparecer en brazos o piernas.

También el acné puede hacer su aparición en este período. Esto se debe, en parte, a los niveles altos de andrógenos, unas hormonas que estimulan las glándulas sebáceas de la piel.

¿Qué puedes hacer para calmar los síntomas o hacerlos desaparecer?

• Mantén la piel muy hidratada, sobre todo la zona del abdomen, los glúteos y el pecho, para conseguir una buena elasticidad. Para ello, utiliza cremas hidratantes, sobre todo después del baño o la ducha, y bebe mucha agua. Con las cremas antiestrías, aplicadas de forma constante, se favorece la regeneración de las fibras de colágeno y las fibras elásticas.
• Utiliza un jabón ph neutro que reseque poco tu piel durante la ducha.
• No abuses de perfumes que pueden resecar tu piel.
• Utiliza siempre protección solar alta.
• Seca la piel del rostro a toquecitos, sin frotar.
• Utiliza productos para el rostro que no tengan aceite.
• No toques los granitos ni los aprietes. Podrían dejarte marcas permanentes. Si el acné es muy severo, el especialista te recomendará los productos adecuados para tratarlo.
• No expongas tu piel al sol durante un tiempo prolongado.
• Cuida tu alimentación.
• Mantén el peso durante el embarazo, vigilando los cambios bruscos.
• Evita tratamientos con láser, luz pulsada o peeling porque son incompatibles con el embarazo. Intenta caminar a diario.

Una vez finalizado el embarazo, y si los problemas en la piel persisten, hay tratamientos específicos que pueden eliminarlos. En AGE disponemos de una nueva tecnología capaz de devolver a la piel toda su vitalidad. Se trata de un tratamiento de plasma de alta precisión, no invasivo, sin sangrado y de bajo coste que te hará recuperar el brillo en tu piel.