AGE, Ginecología y Obstetricia. Centro de referencia de la salud de la mujer en la Comunidad de Madrid.

La fecha en la que cumples las 40 semanas de embarazo ha llegado pero parece que al futuro bebé no le apetece salir. Nuestro cuerpo sigue sin experimentar ningún cambio ni notamos nada que nos avise de que el día ha llegado. Empiezan los nervios y las preguntas de por qué el bebé no llega ¿Qué hacer entonces?

Según los protocolos, tu médico dará un pequeño margen de tiempo para ver cómo evoluciona la situación. Durante ese tiempo, el especialista te aconsejará llevar a cabo una serie de ejercicios o técnicas naturales para provocar el parto.

• Lo primero que se aconseja es mantener la calma y estar tranquila. Los nervios pueden provocar que el cuerpo segregue adrenalina para actuar como defensa y la adrenalina actúa como inhibidor de la Oxitocina, la hormona responsable de que el parto empiece. Ten presente que si durante tus revisiones todo ha sido correcto, no hay por qué preocuparse, y que estás en buenas manos.
• Anda, anda y anda. Otro de los consejos que tu ginecólogo te va a proponer. Los movimientos de la pelvis que se producen al andar pueden ayudar al bebé a colocarse presionando el cuello del útero, provocando así que comience la dilatación.
• Estimula los pezones para favorecer la producción de Oxitocina. 
• También los ejercicios sobre la pelota de pilates favorecen que el bebé se encaje en la zona pélvica. 
• Y aunque te parezca una locura o incomodidad, haz el amor. El esperma contiene prostaglandinas, las hormonas que se utilizan para inducir el parto; y el orgasmo provoca contracciones en el útero que pueden ayudar a la dilatación de éste. 

Sin embargo, si aún dejando esos días de margen, y con estas técnicas naturales el momento del parto no llega, no se puede dejar que el embarazo continúe y seguir esperando, ya que supondría un peligro tanto para la madre como para el bebé. Será entonces cuando el ginecólogo empleará alguna de las siguientes técnicas médicas, que también se aplican cuando se han roto aguas pero el parto no comienza o existe algún problema durante el embarazo y el bebé reúne las condiciones para salir:

• Administración por vía vaginal de medicamentos que contengan la hormona Prostaglandina, para que el cuello del útero comience a dilatarse.
• El médico podría romper él mismo, de forma manual, la bolsa que contiene el líquido amniótico, provocando que rompas aguas.
• Administración por vía intravenosa de la hormona Oxitocina.

Todas estas técnicas son bastante seguras, pero siempre deben aplicarse bajo un estricto control médico, tras unas valoraciones previas a través de la observación del cérvix, y teniendo en cuenta el historial de la paciente (no se podrá inducir el parto si existen cicatrices en el útero, hay infecciones, o la ubicación de la placenta no lo permite, entre otras), la salud del futuro bebé y su postura dentro del útero.