El sueño, es una pieza clave para poder garantizar un bienestar físico y mental. Las alteraciones del sueño disminuyen el rendimiento de muchas funciones.
En el caso de la mujer, a lo largo de su vida, sufre diferentes problemas relacionados con el trastorno del sueño, debido sobre todo a los cambios hormonales.
Vamos a ver, las situaciones más típicas dependiendo de las etapas por las que transcurre la vida de la mujer.
Edad fértilEn el periodo de adolescencia aumentan los estrógenos; Se producen los primeros cambios hormonales de la mujer En esta etapa la mujer comienza la menstruación.
Durante el llamado síndrome premenstrual se empieza a acusar cansancio y alteraciones en el sueño por una causa hormonal.
Siempre bajo control y supervisión médica, se pueden pautar complementos alimenticios relajantes.
Embarazo
En esta etapa tener buenos hábitos de sueño es básico, por eso es importante informar a tu obstetra de las alteraciones que vayas experimentando.
Dependiendo del trimestre de embarazo en que se encuentra la mujer, los cambios anatómicos y los fisiológicos del embarazo pueden influir en la calidad y la cantidad de sueño.
Primer Trimestre
En este trimestre aumenta la progesterona. Las alteraciones hormonales y los cambios fisiológicos provocan un sueño menos profundo, con despertares nocturnos y somnolencia en aumento por el día. Si además la mujer embarazada sufre náuseas, tendrá peor calidad en el sueño y será menos reparador.
Segundo Trimestre
En esta etapa aumenta la ansiedad por el parto y ¡también aumenta el útero! Esta puede ser la causa de un sueño más fragmentado, aunque será de mejor calidad con respecto al trimestre anterior.
Tercer Trimestre
Más de un 70% de las embarazadas sufren dificultades de sueño durante este trimestre.
Las causas suelen ser en general molestias físicas: calambres frecuentes, síndrome de piernas inquietas, levantarse al baño durante la noche, reflujo o incluso episodios de apnea.
Postparto
La llegada del bebé implica una alteración de los ritmos circadianos, sueño interrumpido, visitas al baño por la noche, por tanto, ante la falta de sueño se sufre somnolencia y cansancio durante el día y la tendencia es dormir cuando lo hace el bebé.
Con la lactancia, aumenta también la prolactina y con ella, el sueño.
En esta etapa es importante tratar de seguir una rutina con el objetivo de educar el hábito de sueño del bebé y evitar que se prolongue la alteración del sueño en la madre.
MenopausiaCon el fin de la etapa fértil se inicia un período de cambios físicos y emocionales. Este período es una transición que comienza antes de la retirada de la menstruación y dura hasta años después.
Las mujeres que sufren de sofocos, que suelen ser más del 70%, pueden sudar hasta el punto de despertarse, aunque obviamente no todas las mujeres con sudoración tienen este grado de molestia. En esta etapa se acusan cambios en el estado de ánimo, trastornos genitourinarios y disfunción sexual.
El sueño es fundamental para un envejecimiento saludable. Cuando somos mayores esta falta de sueño puede ser la causa de las enfermedades cardiovasculares, los trastornos metabólicos, y el deterioro cognitivo.
Buenos hábitos del sueño: recomendaciones
Como siempre, lo mejor es consultar con un médico especialista que pautará el tratamiento acorde a tus necesidades:
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