El Virus del Papiloma Humano es la enfermedad de transmisión sexual más común. Conocido también con las siglas de VPH, se trata de un virus inofensivo que desaparece de forma espontánea en gran parte de los casos, pero que en otros muchos produce consecuencias sobre la salud que han de ser convenientemente diagnosticadas y tratadas.
El Virus del Papiloma Humano se diagnostica tanto en hombres como en mujeres. De los más de 200 tipos que existen, unos 40 de ellos pueden afectar de forma directa a los genitales. Aunque el Virus del Papiloma Humano no se muestra siempre, sí que hay formas de prevenir su aparición o presencia. El Virus del Papiloma Humano no solamente afecta a la persona infectada, sino que en el caso de tener pareja o de disfrutar de una vida sexualmente activa, lo recomendable es que se comunique la situación a todas las personas posiblemente afectadas por la infección, es decir, a aquellas personas con las que se haya mantenido relaciones sexuales recientemente. Es la forma más segura de activar y poner en práctica las medidas preventivas pertinentes.
Con la realización de la prueba del Virus del Papiloma Humano, se establece si las pacientes son de alto o bajo riesgo, y en base al resultado se determinan las pautas a seguir. En muchos de los casos, el ginecólogo recomienda la aplicación de las vacunas, que son una de las barreras claves en la prevención y el diagnóstico del Virus del Papiloma Humano.
El VPH es una infección que si se trata de la forma adecuada no ha de tener consecuencias mayores sobre la salud de las pacientes, pero si no se llevan a cabo un diagnóstico y tratamiento eficientes, lo cierto es que puede derivar en problemas de salud graves, como el cáncer de cuello de útero, las lesiones precancerosas de los genitales femeninos y las verrugas en la zona genital.
En ocasiones, si las verrugas y lesiones producidas por la infección del Virus del Papiloma Humano son internas, se debe proceder a la intervención quirúrgica para lograr su extirpación. Se trata de una operación sencilla, pero necesaria.
Las mujeres que están siguiendo un tratamiento para prevenir o curar el Virus del Papiloma Humano, tanto si su situación es de bajo o de alto riesgo, deben realizarse la prueba del VPH cada seis meses. En la prueba, los profesionales comprobarán si la infección sigue sin mostrarse o si, por el contrario, comienza a haber evidencias de la presencia del Virus del Papiloma Humano.