Estar en la playa o en la piscina es un placer, pero son lugares donde nuestra salud entra en juego aunque los consideremos sitios inofensivos. No sólo debemos cuidar la piel sino también nuestra zona íntima, que en estos ambientes se expone a alteraciones con mayor facilidad que en otras épocas del año, como las infecciones vaginales.
Aunque, en un primer momento, son patologías que no presentan complicaciones y pueden tratarse rápidamente, sí que es necesario diagnosticarlas a tiempo y poner el tratamiento adecuado para que no deriven en enfermedades más graves y su curación sea más rápida.
Las infecciones son causadas, en su mayoría, por microorganismos bacterianos y micóticos (hongos). El 75% de las mujeres puede presentar síntomas derivados de una infección vaginal en algún momento de su vida. Los síntomas principales que caracterizan a estas infecciones son picores, escozor e irritación, acompañados de una inflamación de los genitales y posibles cambios de coloración y consistencia del flujo vaginal.
Aquí os dejamos unos consejos para evitarlas:
- Escoge bikinis y bañadores confeccionados con algodón. Las prendas de ropa sintética no dejan respirar tu piel.
- No mantengas puesta tu ropa de baño húmeda durante mucho tiempo. Permanecer con la ropa de baño húmeda más de media hora es una de las principales causas de infecciones vaginales.
- Si estás en la playa, siéntate sobre una toalla o pareo, intenta no hacerlo directamente sobre la arena, ya que puede causar irritación en tu zona íntima.
- Puedes usar toallitas húmedas específicas para esa zona, para mantenerte fresca y cómoda por más tiempo.
- Después de ir a la playa o piscina, lávate con un jabón con un ph neutro y formulado para tratar la zona íntima. Así eliminarás cualquier residuo de arena o cloro. Aquí tienes MÁS RECOMENDACIONES para una higiene íntima completa y óptima.
- Además, también puedes contribuir a evitar las infecciones vaginales con tu alimentación. Por ejemplo, se recomienda beber infusiones a base de frutos rojos, como arándanos, alimentos ricos en hierro, vitamina B, Zinc. Todos los alimentos que tengan propiedades antibióticas, antibacterianas o antisépticas son bien recibidos.